Me llamo Khadijatou y tengo 40 años. Mi origen reside en un pueblo de Mauritania, un país ubicado en el noroeste de África. Hasta cierta edad he sido hija única, disfrutando de la escuela y jugando con mis amigas. A lo largo de mi infancia he sido muy feliz con mi familia, mis amigas y todo lo que me rodeaba.

Pero cuando aún era pequeña, mi madre y mi padre decidieron finalizar su relación, siendo mi madre la que decide marcharse de Mauritania, yendo a vivir a las islas Canarias. Una vez allí unos años más tarde, mi madre decide volverse a casar y rehace su vida creando una nueva familia con dos hijos más.

 Pese a ello, yo soy feliz en Mauritania, aunque echo en falta a mi madre, continúo viviendo con mi padre y sigo formándome en la escuela hasta el grado de Bachillerato البكالوريا, hasta que decido viajar donde mi madre.

El motivo principal del viaje, lo cual hago encantada y feliz porque voy a volver a ver a mi madre, es la de ayudar a mi madre. Ella, al volver a formar de nuevo una familia, tuvo dos hijos, y por lo tanto ellos no le pueden ayudar con las tareas cotidianas y demás cosas del día a día en lo que respecta a las tareas de casa. En cambio, una niña si ya que es su deber.

 De nuevo me lleno de alegría y viajo en avión hacia mi madre, para estar con ella y ayudarla en todo lo posible. Me siento feliz ya que conoceré a mis hermanos y volveré a reencontrarme con mi madre a la que tanto echo en falta.

 Años más tarde mi madre decide trasladarse a Cádiz, por lo tanto, nos asentamos allí durante unos años. Una vez allí, conocí a un chico y a muy temprana edad, con 24 años, decido casarme. Mi matrimonio dura 2 años, ya que después decidimos separarnos. Unos años más tarde decido trasladarme a Bilbao. Allí paso 8 años. La convivencia allí es cómoda y voy aprendiendo poco a poco el idioma y me voy adaptando. Años más tarde decido trasladarme a Arrasate, donde resido hoy en día.

Me siento feliz y alegre, en ningún momento siento tristeza, si añoro a la familia y sí que me gusta ir a visitarlos, pero me siento muy bien en el País Vasco, me siento tranquila y a gusto. Aquí hay personas que entienden mi cultura y las costumbres y se acercan a relacionarse conmigo. Por otra parte, también hay personas que no les gusta mi pañuelo, ni mis costumbres, ni nada de lo que me rodea. No obstante, las personas son alegres en general y me hacen sentir bien aquí.

En un futuro cercano me gustaría seguir aprendiendo el idioma, para así poder llegar a ser administrativa y escribir, ya que me gusta mucho esto.